sábado, 1 de febrero de 2014

100% Enduro con MUCHO EXTRA DE BARRO Y LLUVIA. Alájar, Linares, Los Romeros...

Pues aquí estamos de nuevo amigos, con una ruta de las que recuerdas durante mucho tiempo, 100% enduro y esta vez con muchísimo barro y agua. Llovió días antes y prácticamente todo el día mientras montábamos... y el sitio es propio para endurear, ¡qué mejor emplazamiento puede haber! Por cierto... ¡con piedras! La zona que cubre la ruta son caminos rurales, veredas perdidas y algún que otro remonte por carretera... en las cercanías de Alájar, Linares y Los Romeros; en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. 


La ruta empieza subiendo, es lo que tiene dejar el coche en un agujero donde mires a donde 360 grados es todo más alto. La ventaja es muy evidente, de regreso no hay que pedalear y es todo disfrute, nos conviene. Así que subimos, y subimos... y empieza a llover una llovizna muy fina que no moja, pero va empezando a calar poquito a poco hasta que da un descanso. 


¡Qué bien que ya no llueve! Nuestras ganas... la que nos iba a caer al rato era buena... Aprovechamos el parón para apretar una biela que había quedado floja por quedar montada a la ligera el día antes... No teníamos la herramienta necesaria, pero teníamos un desmontador de cubiertas que nos sirvió igualmente! En el campo hay que ser chapuza con tal de seguir adelante, como sea tenía que quedar apretada. Por cierto, no se volvió a aflojar que quedó bien apretada, y aún sigue ahí :x 


Este método de subir montado hasta que ya no se pueda/queden ganas (el exceso de barro era impresionante, el suelo era una pista de patinaje en muchos sitios), posteriormente subir bajados de la bici y bajar a tope lo repetimos varias veces, 4 bajadas en total. 


Tras 4 bajadas que sumaron unas 2 horas contando los tiempos de subidas, merecíamos un descansito, un café, colacao, té o lo que fuera que quisiera cada uno, pero bien calentito. Y tuvimos suerte a decir verdad, porque mientras estábamos de descanso calló el diluvio... lo bueno es que nos dejó la bici bien limpita. 



Una vez que cesa la lluvia, de nuevo al ataque. Subimos por carretera desde Los Romeros hacia Alájar con paciencia y buen ritmo porque de nuevo empieza a lloviznear y a apretar. Así seguimos un buen rato hasta que parece que empieza a aflojar. De nuevo volvemos a las andadas, subir y bajar, para eso hemos venido.

Una vez cansados, ponemos rumbo directo a Alájar, toca buscar alguna tienda abierta que por la hora que es difícil, pero ¡la encontramos! Compramos algo, y también una tableta de chocolate blanco tamaño ladrillo, sí, tamaño ladrillo, era algo más larga que la mitad de mi manillar, de 760mm, por lo que podría tener unas dimensiones de 40x12x2cm ó 40x14x2cm... algo así. Entre cuatro personas sólo fuimos capaces de comer algo menos de un tercio de la tableta, impresionante, ¡una bestialidad!



Todo listo ya para el almuerzo, con una ventolera bastante molesta que te proyectaba toda la lluvia a la cara, toca buscar algún lugar donde resguardarse... ¿dónde? Pues en la parada del autobús, ¡qué mejor sitio!



Aunque tenía su pero, ¡qué viento más frío entraba por esa ventanilla! Aunque nos proporcionó el momentazo del almuerzo y casi del día... cuando alguno fue a intentar levantar una tapa de contenedor y que ésta tapara la ventana... Resulta que el dicho 'artista' salió mojándose y casi de puntillas intentando no pisar el agua que corría a mansalva por la acera y levantó de golpe la tapadera con tal de acabar la 'misión' lo más rápido posible, podéis imaginaros la fuerza que aplicaría a la tapadera para levantarla... (modo cabernícola ON). Bien, había un poste justo detrás del contenedor, el de la señal de parada de buses... Fue impresionante el estruendo de la tapadera contra el póster, si más rápido subió más rápido bajó... jaja, nos reímos durante unos 5 minutos mínimo... un espectáculo vaya, espero que no nos viera nadie, que espectáculo, que vergüenza jajaja, pero fue por una buena causa. Al final, seguimos con viento, mojados... pero nos hartamos de reír, alguno casi se atragantó con la comida...  

Una vez almorzados, sigue lloviendo el diluvio, menos mal la parada del autobús, de la que nos hemos librado. Mientras para, a contar anécdotas, chistes y dar caña al resto del grupo que no pudo venir vía whatsapp. De momento, ¡ya no llueve! Por fin paró, podemos levantar el campamento y reanudar la ruta hacia el coche, aunque aún nos queda mucho por bajar hasta que anochezca, así que le damos mucha caña y aprovechamos bien lo que queda de día, otras 2 horitas aprox.



También encontramos una zona bastante escarpada y de muy poca adherencia, muy embarrada, nos atrevimos a bajarla, al final no era tan resbaladiza como parecía en un principio. Motivo suficiente para hacer el tonto un poco antes de seguir jejeje. 


Y después de un par de bajadas que llovía a tope, llegamos al coche. Durante la penúltima en concreto, apenas se veía por donde ibas entre la lluvia y porquería que tiraba la rueda delantera, y con complejo de tener por trasero una maceta (la rueda trasera te iba regando el trasero a base de bien...). Qué decir que una vez mojado ya nos daba igual mojarnos más, ya ni siquiera notabas que llovía a no ser que fuera bien fuerte, estábamos empapados, no sentías que te estabas mojando porque ya estabas. Suficiente para no esquivar ningún charco, pero que ni uno, había que llevar la bici al coche limpita, el agua de charco era perfectamente válida jejeje. 

En el coche el otro momentazo del día, alguno dijo al blanco al blanco... no hago más comentarios... la liamos parda jaja. También dío la casualidad, y no sé porqué ocurren estas casualidades, que por una carretera secundaria que no pasa casi nadie, en un día de lluvia como este y con la que caía en ese momento, pasara varios coches, hasta que nos cogió a alguno cambiándose de ropa en calzoncillos y descalzos por allí por el barro... En fin, nos lo tomamos con muchísimo buen cachondeo, dicen que reír da salud ¿no? Pues gracias al que pasara en coche jejeje. 



Y para terminar, ¡otro cafelito calentito! Antes nos pasamos por la Peña de Arias Montano a comprar unas tortitas, merece la pena, están muy ricas y se apetece tenerlas en casa. Algunas fueron para regalo también. 



Aquí os dejo un edit de la ruta con algunos de los momentos más sonados del día, el cachondeo propio de nuestro grupo que es imprevisible, el merecido descanso que dimos... en fin, un pequeño resumen con buena música. ¡A disfrutarlo! 


Especial gracias a Álvaro y Miguel del Trochabikers crew y a todos los que mantienen abiertas las veredas de esta preciosa zona, en breve estaremos por aquí otra vez, ya estamos planeando otra ruta por la zona.¡Estad atentos!

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